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Por Miguel Ángel Osimani
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GUIONES LITÚRGICOS - FEBRERO / MARZO 2025
   
-Domingo 9 de febrero 2025 - 5º Domingo durante el año - Ciclo C
-Domingo 16 de febrero 2025 - 6º Domingo durante el año - Ciclo C
-Domingo 23 de febrero 2025 - 7° Domingo durante el año - Ciclo C
-Domingo 2 de marzo 2025 - 8º Domingo durante el año - Ciclo C
-Miércoles 5 de marzo 2025 - MIÉRCOLES DE CENIZA
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Domingo 9 de febrero 2025 / 5º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

En este domingo quinto del tiempo durante el año, nos encontramos reunidos alrededor de la mesa del altar, convocados por el mismo Señor, que quiere alimentarnos con su Palabra y con la Eucaristía, para hacer de nosotros verdaderos discípulos suyos.

Hoy el Señor nos llama a todos a conocerlo, a amarlo, a poner toda nuestra confianza en el poder de su gracia, y nos convoca a todos los bautizados, como lo hiciera hace dos mil años a sus primeros discípulos, a ser sus apóstoles, los evangelizadores que Él necesita para que trabajemos en el mundo y su Evangelio llegue a todos los hombres. Con nuestra oración y nuestra profunda reflexión podremos descubrir qué es lo que hoy nos pide.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 6, 1-2a. 3-8) 

El Profeta es consciente de su incapacidad, pero ante la gracia de Dios que viene en su ayuda, responde con una entrega total para servirle en la misión a la que ha sido llamado.

SALMO RESP.:    (137, 1-5. 7c-8)      

R. Te cantaré, Señor, en presencia de los ángeles.

2ª. LECTURA:     (1 Co 15, 1-11)   

El Apóstol reconoce que la gracia de Dios ha obrado en él para que sea así un fiel transmisor del Evangelio que recibió de Jesús.

EVANGELIO:   (Lc 5, 1-11)

En el santo Evangelio es el mismo Jesús, como hace veinte siglos a sus primeros apóstoles, el que nos llama hoy a ser los anunciadores del mismo, en este nuevo milenio de la salvación.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos y hermanas, conociendo el amor que Dios nos tiene y que nada de lo que sentimos o necesitamos le es indiferente, presentémosle nuestras necesidades con una confianza filial.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Padre, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que en su palabra, los hombres de hoy escuchemos nuevamente a tu Hijo, que pone el remo de su barca en nuestras manos y cuenta con nosotros para la pesca de cada día, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestro obispo y nuestros sacerdotes, para que en una íntima unión con ellos, formemos una Iglesia diocesana en la que emprendamos el vivir el evangelio, con autenticidad y coherencia, oremos...

—Padre, te pedimos para que todos los habitantes de esta nación, vivamos de verdad tu Evangelio, y los políticos católicos asuman su responsabilidad de que no deben dar nunca su consenso a la introducción de leyes que vayan en contra de los principios morales y la ley natural, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestra comunidad, para que hoy, dejando nuestra barca, nuestras redes y nuestros peces, sigamos a tu Hijo que hoy nos llama, nos hace sus profetas y nos sigue enviando para que vayamos creando una sociedad solidaria, más austera, donde quepa la alegría de saberse de verdad hermanos, oremos...

 

CELEBRANTE:

Señor, al expresarte nuestras necesidades, queremos pedirte que el Espíritu Santo nos de la fortaleza necesaria para poder continuar en el mundo la misión de tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Junto a las ofrendas, presentemos al Padre un sincero compromiso: ser sus discípulos y llevar la Buena Noticia de la salvación a todos los hombres que diariamente nos rodean.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos gracias a Dios, que en su infinito amor nos dio a su Hijo como prenda de salvación, y también nos confió el ser portadores de ese mensaje a toda la creación.

COMUNIÓN:

Hoy Jesús nos ha invitado a ser quienes colaboren con Él en esta nueva evangelización de nuestro continente y de todo el mundo, y para esta tarea se nos ofrece ahora como alimento.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Volvamos a nuestras tareas cotidianas meditando la Palabra del Señor. Él va por delante. Y, teniéndole a Él en guardia y retaguardia, podremos dudar de nuestras habilidades y capacidades pero nunca de lo que Él nos promete: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el final del mundo”.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 16 de febrero 2025 / 6º Domingo del tiempo ordinario - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

Una vez más, en el Día del Señor, nos encontramos reunidos en su nombre, en este domingo sexto durante el año. Y conscientes de nuestra necesidad de salvación, queremos entrar en una íntima comunión con Jesús, con su anuncio de plenitud para el futuro que debemos ya aquí y ahora, comenzar a realizarlo.

Hoy el Señor nos va a indicar una nueva forma de vivir, según sus criterios, que se contraponen con nuestros valores y con nuestros criterios puramente humanos. Él proclama felices a quienes consideramos como desdichados; Él nos llama a vivir la verdadera riqueza, la única: la espiritual y nos dice que sólo Él puede saciar el verdadero hambre: el hambre de Dios.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Jr 17, 5-8) 

Ya en el Antiguo Testamento, el Profeta elogia al que, por sobre todo lo material, confía plenamente en el Señor y sigue sus caminos.

SALMO RESP.:    (1, 1-4. 6)      

R. ¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!

2ª. LECTURA:     (1 Co 15, 12. 16-20)   

Pablo nos hace ver claramente que lo más importantes es la fe que tenemos en Cristo como único centro de nuestras vidas y como salvación eterna.

EVANGELIO:   (Lc 6, 12-13. 17. 20-26)

Jesús mismo nos proclama en el Evangelio, que los criterios del mundo -por los cuales todos nos regimos- no son los suyos, y nos establece una nueva forma de vivir.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Hermanos, con plena confianza en el poder salvador de Dios y sintiéndonos realmente pobres, pongamos en su presencia nuestras necesidades, ya que sólo Él puede saciarlas.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, DÁNOS UN CORAZÓN HUMILDE"

—Porque queremos que el llamado de Cristo, por medio de su Iglesia, a ser sus discípulos en medio de un mundo secularizado y pagano, sea escuchado por todos los hombres, pedimos...

—Para que por la guía segura del Santo Padre y nuestros obispos, sin importarnos las críticas y los rechazos de este mundo, tengamos la fortaleza de vivir y anunciar la verdadera felicidad: el trabajar por el Reino de Dios,  pedimos...

—Para que todos los que habitamos esta nación descubramos que la verdadera felicidad no está en los bienes materiales, en vivir para satisfacer la propia ambición, sino en los que nos ofrece Cristo en su Evangelio, pedimos...

—Para que todos los que sufren, los que lloran, los que nada tienen, descubran en nuestras actitudes concretas, tu providencia que no los abandona, pedimos...

—Para que en nuestra comunidad pongamos en el Señor toda nuestra confianza, con la certeza que Él nos dará la fuerza necesaria para perseverar y alcanzar la verdadera riqueza: poder contemplarlo cara a cara, pedimos...

 

CELEBRANTE:

Dios misericordioso, que has llamado bienaventurados a los pobres, a los que tienen hambre, concédenos lo que con fe te hemos pedido y dános un corazón misericordioso y unas manos siempre dispuestas a dar como tú lo haces con nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Pongamos ahora, sobre la mesa que se prepara para el sacrificio, los dones de nuestra propias vidas, dispuestas a ser vividas con los nuevos criterios que nos dió Jesús en el Evangelio.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos ahora gracias a nuestro Padre del Cielo, por el don de su Hijo, que no sólo que se entregó por nuestra salvación, sino que nos dejó en forma concreta, cómo hacer para alcanzarla de verdad.

COMUNIÓN:

El Señor nos ha mostrado el camino y nos ha dicho que si lo seguimos, grande será nuestra recompensa en el cielo; y sabiendo que el camino no es fácil, se ha quedado junto a nosotros para acompañarnos desde esta Eucaristía: la fortaleza en nuestro peregrinar hacia la Casa del Padre.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

El anuncio que proclama Jesucristo es un anuncio que debemos tomarlo seriamente, creerlo de verdad y comenzar, ya ahora, a realizarlo en todo lo que sea posible, comenzando por nuestras propias vidas. Ese debe ser nuestro compromiso, fruto de esta celebración.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 23 de febrero 2025 / 7º Domingo del tiempo ordinario - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

Queridos hermanos, nos encontramos reunidos para la celebración de nuestra Eucaristía dominical, en este domingo séptimo del tiempo durante el año.

Dispongamos nuestro corazón para escuchar hoy el mensaje del Señor, mensaje de amor y misericordia, mensaje de perdón que debemos llevar a todos los hombres, nuestros hermanos.

La palabra del Señor es hoy bien terminante: en medio de un mundo que vive inmerso en la secularización y el paganismo, nuestra conducta, nuestro estilo de vida debe ser como el de Cristo; nuestro obrar debe ser auténticamente evangélico, amando a todos y siendo en verdad misericordiosos como lo es nuestro Padre del Cielo.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (1 S 26, 2. 7-9. 12-14. 22-23) 

En este relato vemos el ejemplo de misericordia del Rey David con aquel que buscaba su muerte, perdonándole la vida.

SALMO RESP.:    (102, 1-4. 8. 10. 12-13)      

R. El Señor es bondadoso y compasivo.

2ª. LECTURA:     (1 Co 15, 45-49)   

San Pablo nos manifiesta que aquel que ha renacido a la vida nueva, necesariamente debe obrar de acuerdo a esos nuevos valores.

EVANGELIO:   (Lc 6, 27-38)

En el santo Evangelio, Jesús nos llama a un estilo de vida nueva, en el que el amor y la misericordia son los máximos exponentes. Aclamémoslo gozosamente cantando el Aleluya.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, sabiendo que nuestro Padre del Cielo es bondadoso y compasivo, que nunca deja de escuchar la súplica de sus hijos, presentémosle confiadamente nuestras necesidades.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"

—Padre bueno, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que los pueblos y gobiernos del mundo escuchen su llamado para que las leyes que conciernen a la transmisión y defensa de la vida, la enfermedad, la identidad de la familia y el respeto del matrimonio expresen los principios y los valores morales y espirituales que provienen del Evangelio, oremos...

—Padre todopoderoso, te pedimos por nuestro obispo y nuestros sacerdotes, para que sean siempre el ejemplo que nos motive y nos de la valentía para anunciar el Evangelio, en esta diócesis que necesita y espera el testimonio común de los cristianos, oremos...

—Señor de la historia, te pedimos por nuestra querida patria, para que dejemos de lado los rencores y las divisiones, nos reconciliemos de verdad y comprendiendo  que el amor puede hacer que el enemigo deje de ser enemigo y se convierta en un hermano, seamos capaces de construir una verdadera nación de hermanos, oremos...

—Padre y Señor de las misericordias, te pedimos por tantos hermanos nuestros que sufren, para que en tu Hijo encuentren fe y fortaleza para aceptar la cruz, y en el ofrecimiento de su dolor encuentren la esperanza de la alegría eterna, oremos...

—Señor de la vida, te pedimos por toda nuestra comunidad, para que al rezar hoy el Padrenuestro seamos sinceros,  comprensivos y compasivos como lo es Dios con nosotros, y si nos es difícil vivirlo pidamos, al menos, que nos ayude.... a perdonar como Él nos perdona, oremos...

 

CELEBRANTE:

Dios de amor y misericordia, que haces caer la lluvia sobre justos y pecadores, junto a estas intenciones que hemos puesto en tu presencia, queremos pedirte que tu Santo Espíritu nos ayude a vivir en el verdadero amor, hacia tí y hacia nuestros hermanos. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Junto a estos dones del pan y del vino, ofrezcamos un sincero deseo de ser misericordiosos, amando a todos los hombres y perdonando a los que nos hacen el mal.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Nuestro Padre del Cielo está siempre dispuesto a perdonarnos y a olvidar nuestras infidelidades impulsando nuestro camino. Por eso, démosle ahora gracias su Hijo que ha venido a traernos su salvación.

COMUNIÓN:

Hoy el Señor nos ha llamado a un nuevo estilo de vida, totalmente distinto a todo lo que este mundo nos dice, y en esta tarea que se presenta difícil para nuestras fuerzas, Él es el alimento que nos lo hace posible.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Cada Eucaristía debe sacudirnos, debe provocar en nosotros un desmoronamiento de los principios que un mundo olvidado de Dios nos ha dado como valores, sólo así podremos adoptar un nuevo estilo de vida: el de Cristo.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 2 de marzo 2025 / 8º Domingo del tiempo ordinario - Ciclo C

—BIENVENIDA: 

El Señor hoy nos ha invitado a su mesa para la celebración de la Cena del Señor, de la que nace nuestra verdadera vida, en este domingo octavo del tiempo durante el año.

Y en nuestra celebración se hace presente el mismo Cristo, que viene a nosotros: en sus ministros, a través de esta comunidad de fe, de culto y de amor, para entregarnos su Palabra y su presencia sacramental.

La palabra del Señor es hoy bien clara: nuestro corazón es el que da origen a nuestras obras, buenas o malas, y así también nuestra caridad y nuestra misericordia se manifiestan en ellas; nuestros frutos serán lo que nosotros mismos somos, Y hoy Él es terminante: vemos y juzgamos a los demás sin ver ni juzgar lo malo que hay en nosotros, llamándonos hipócritas por esta actitud.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Eclo 27, 4-7) 

Ya en este libro del Antiguo Testamento, se nos dice lo que luego Jesús nos manifestará en su Evangelio: "de la abundancia del corazón habla la boca".

SALMO RESP.:    (91, 2-3. 13-16)      

R. Es bueno darte gracias, Señor.

2ª. LECTURA:     (1 Co 15, 51. 54-58)   

Escuchemos uno de los pasajes más esperanzadores para nuestra vida: Pablo nos manifiesta que en la vida del cristiano no hay lugar alguno para la verdadera tristeza, nadie puede arrebatarle la certeza de su gloria en Jesucristo.

EVANGELIO:   (Lc 6, 39-45)

Escuchemos ahora al mismo Jesús que nos habla: y hoy Él nos manifiesta que nuestra bondad o maldad será reconocida por nuestras obras.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora, queridos hermanos, en la certeza de la presencia de Cristo entre nosotros, que por medio de su Espíritu nos ayuda a dirigirnos a nuestro Padre del Cielo, pidámosle que atienda nuestras necesidades, no por nuestros méritos, sino por los de su Hijo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Padre, te pedimos por tu Iglesia y el Vicario de tu Hijo, que todos los hombres respondamos a su llamado a compartir los bienes de la creación, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestro obispo y todos tus sacerdotes, para que sean siempre el ejemplo que nos guíe en la tarea de convertir esta diócesis en una tierra verdaderamente evangelizada y evangelizadora, oremos...

—Señor, te pedimos por nuestra querida patria, para que dejemos definitivamente de lado las diferencias que nos separan y nos unamos para superar las dificultades del momento presente, oremos...

—Padre, te pedimos por los que sufren, para que reconozcan la presencia de tu Reino entre nosotros, en nuestra caridad fraterna, oremos...

—Padre, te pedimos por todos los cristianos, para que en nuestra vida diaria se hagan presentes la caridad y la misericordia como frutos de lo que abunda en nuestro corazón, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre bueno, te pedimos que atiendas favorablemente lo que con fe te hemos pedido y nos concedas la sabiduría y la fortaleza necesarias para que, en medio de las tribulaciones presentes, busquemos siempre y por sobre todas las cosas, la verdadera vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Junto al pan y el vino, presentemos a nuestro Padre una sincera disposición a ser reconocidos siempre como discípulos de su Hijo, por el fruto de nuestras obras buenas.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos ahora gracias a nuestro Padre del Cielo, que en su Hijo nos ha dado la imortalidad, la victoria sobre el pecado y sobre la misma muerte.

COMUNIÓN:

Hoy el Señor nos ha llamado a ser perfectos, como lo es Él, nuestro maestro; y sólo podremos alcanzar esa perfección entrando en una íntima comunión con Él; comunión a la que ahora nos invita, participando de su propio Cuerpo y Sangre.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Acaba hoy la primera parte del tiempo ordinario, porque el próximo miércoles iniciamos ya la Cuaresma.

Y volvamos a nuestros hogares y a nuestras ocupaciones diarias con un compromiso, fruto de esta Eucaristía que hemos celebrado: que por nuestras actitudes, en todo momento y en todo lugar, los demás puedan reconocernos como verdaderos discípulos de Cristo.

 

Nos despedimos cantando...

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Miércoles 5 de marzo 2025 / MIÉRCOLES DE CENIZA

—BIENVENIDA: 

Con la liturgia de este día, Miércoles de Ceniza, damos comienzo al tiempo de Cuaresma; ese período de cuarenta días de preparación a la Pascua. "Entramos en el abismo de la pasión de Cristo, nos acercamos a su cruz, a la cruz en que dio su vida por nuestros pecados; nos acercamos a ella, para experimentar, después del ayuno de cuarenta días, la alegría de la Resurrección".

Y en esta sagrada liturgia, se bendecirán las cenizas de las palmas y olivos que fueron bendecidas el Domingo de Ramos del año pasado, y esa misma ceniza, símbolo de la nada de las cosas humanas, y que nos recuerda lo que somos y lo que seremos, nos será impuesta a cada uno de nosotros, sobre nuestra cabeza, signo de la penitencia de este tiempo fuerte que hoy comenzamos.

AMBIENTACIÓN:
(Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial)

El Señor nos llama hoy imperiosamente a reconciliarnos con Él, ya que éste es el tiempo favorable para hacerlo, efectuando un profundo cambio en nuestras vidas, una verdadera conversión y renovación pascual que exige una ruptura con el pecado y con el "hombre viejo", y a la que sólo podremos llegar por medio de la oración, la penitencia y la caridad fraterna.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Jl 2, 12-18) 

Estas exhortaciones del Profeta al pueblo de Israel, son las palabras del Señor a cada uno de nosotros hoy, convocándonos a una sincera y profunda penitencia.

SALMO RESP.:    (50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17)      

R. ¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado!

2ª. LECTURA:     (2 Co 5, 20—6,2)   

Las palabras del Apóstol son bien claras: éste es el tiempo propicio para reconciliarnos con Dios, no recibiendo en vano la gracia que Él nos ofrece.

EVANGELIO:   (Mt 6, 1-6. 16-18)

En la proclamación del santo Evangelio, el mismo Jesús nos llama a practicar la caridad, el ayuno y la oración, es decir, de los actos penitenciales propios del tiempo que hoy comienza.

 

HOMILÍA

IMPOSICIÓN DE LAS CENIZAS:

Ahora será bendecida la ceniza que se impondrá sobre nuestra cabeza, recordándonos de esta manera nuestra nada, y las palabras de una de las fórmulas de imposición de la ceniza nos recuerdan lo que somos: “Polvo eres y al polvo volverás”, realidad sobre la que debemos meditar profundamente en este tiempo.

 

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos y hermanas, elevemos nuestra plegaria al Señor, que nos concede el don de iniciar este tiempo cuaresmal, para que durante estos días de salvación, la acción de su Espíritu purifique nuestros corazones y los llene de su amor.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y TEN PIEDAD"

—Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que todos los hombres recibamos su llamado a la penitencia, a rasgar el corazón, pero con la vista puesta en la Pascua, en la que el dolor se convertirá en auténtica alegría y gozo, pedimos...

—Por nuestros Obispo y todos nuestros sacerdotes, para que con su ejemplo y guía, nuestra Iglesia diocesana sea ferviente en la oración, la penitencia y el amor fraterno, pedimos...

—Por nuestra Patria, para que volvamos a Dios de todo corazón, y ante las numerosas dificultades que nos toca vivir, nos unamos de verdad y seamos auténticos sembradores de esperanza, de misericordia y de perdón, pedimos...

—Por todos los que sufren, para que jamás caigan en la tentación de creer que Dios está lejos de ellos y para que en el ofrecimiento de su dolor encuentren el camino hacia la pascua eterna, pedimos...

—Por toda nuestra comunidad, para que este sea un tiempo propicio para sentirnos pueblo peregrino que camina hacia esa Pascua en la que, Dios, nos mostrará su poder y su gloria, su amor y su vida, su triunfo y el futuro que nos espera, pedimos...

 

CELEBRANTE:

Padre, escúchanos con bondad: líbranos del lastre del pecado y concédenos la agilidad de la gracia, para que podamos transparentar la alegría de tu salvación y demos frutos de auténtica caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Al presentar ahora sobre la mesa del altar, el pan y el vino para el sacrificio, ofrezcámonos al Padre, con nuestras pocas virtudes y nuestras muchas miserias, pero con un sincero deseo de conversión y salvación.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Tan grande es el amor de Dios, que nos entregó a su Hijo para salvarnos, por eso, démosle gracias con alegría y con el gozo de que aún espera por nuestra conversión.

COMUNIÓN:

Al compartir ahora con nuestros hermanos, el mismo Pan de salvación, entramos en una íntima comunión con Cristo, que debe hacernos partícipes de sus mismos sentimientos: el amor por todos los hombres hasta la entrega total.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Iniciemos la Cuaresma con esperanza y alegría, reconociéndonos pecadores y sabiendo que nuestro Dios es compasivo y misericordioso. El pecado nunca debe producir en nosotros desánimo, sino un real propósito de conversión.

 

Nos despedimos cantando...

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