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Por Miguel Ángel Osimani
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GUIONES LITÚRGICOS - OCTUBRE 2024
   
-Domingo 6 de octubre 2024 - 27º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B
-Domingo 13 de octubre 2024 - 28º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B
-Domingo 20 de octubre 2024 - 29º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B
-Domingo 27 de octubre 2024 - 30º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B
-Viernes 1 de noviembre 2024 - Solemnidad de todos los santos
-Sábado 2 de noviembre 2024 - Solemnidad de los fieles difuntos
-Domingo 3 de noviembre 2024 - 31º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B
-Domingo 10 de noviembre 2024 - 32º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B
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Domingo 6 de octubre 2024 / 27º Domingo durante el año - Ciclo B

—BIENVENIDA: 

Nos encontramos reunidos en el nombre del Señor, en este domingo vigésimo séptimo durante el año, para la celebración de la Eucaristía, la celebración del inmenso amor de Dios, expresado en la muerte y resurrección de Cristo, para librarnos, a pesar de nuestras constantes infidelidades a su amor, del pecado y de la misma muerte.

El Señor hoy nos manifiesta el origen común del hombre y la mujer; unidad tal, que es imposible romperla y de la que surge la fidelidad de los esposos. Y Jesús pone de relieve el núcleo que está en la base de la vida verdadera, que debe animar a todo hombre: el amor. Su enseñanza es la de un amor total, gratuito y fiel, anunciado como auténtica vida humana. Y en la raíz de su enseñanza sobre el amor, como verdadero camino del hombre hacia la vida eterna, se halla su propia entrega total al Padre.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Gn 2, 18-24) 

En este relato simbólico del primer libro de la Biblia, escuchamos en todo su profundo significado, el origen común del hombre y la mujer.

SALMO RESP.:    (127, 1-6)      

R. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

2ª. LECTURA:     (He 2, 9-11)   

El Apóstol nos dice que, de la fidelidad del amor de Jesús hasta la misma muerte, y mediante su sufrimiento, nos ha abierto a todos los hombres.

EVANGELIO:   (Mc 10, 2-16)

Jesús nos habla del amor entre los esposos; de la manera cristiana de concebir el matrimonio, concepción que se enfrenta con la manera palestina y pagana de concebirlo. Concepción que cobra tanta vigencia en el mundo actual.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Presentemos a Dios, nuestro Padre, con total confianza de verdaderos hijos suyos que somos, nuestra oración por las necesidades de la Iglesia, del mundo y de todos los hombres.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"ESCÚCHANOS, SEÑOR"

—Por la Iglesia y el Papa Francisco, para que cada vez con mayor fidelidad sean en el mundo signo del amor y la entrega de Cristo, oremos...

—Por nuestra Iglesia diocesana, para que con el ejemplo de los que la guían, iniciemos, en la medida que nos sea posible, una acción de testimonio que se oponga a ese menosprecio generalizado del matrimonio y de la familia cristianos y sea ejemplo de amor entre cada uno de los que la formamos, oremos...

—Por nuestra Patria, para que cada familia viva en el genuino amor conyugal, el sacrificio y la entrega, que es fuente y origen de vida, oremos...

—Por todos los jóvenes, para que por sobre los problemas actuales, sean formados en el amor total, indisoluble y fecundo, oremos...

—Por nuestras familias, para que viviendo el genuino amor conyugal, sean una escuela que se forja para luego formar conciencias rectas y conscientes de que merece la pena vivir y creer en el amor y por el amor, oremos...

 

CELEBRANTE:

Señor, junto con estas súplicas que hemos puesto en tu presencia, concédenos aumentar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor de tal manera, que podamos ser en el mundo, testigos fieles del inmenso amor de tu Hijo, que es Dios y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Depositemos en la patena, junto al pan y el vino para el sacrificio, el ofrecimiento de nosotros mismos, de nuestras familias, para que cada una de ellas sea también consagrada por el Amor.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con inmenso gozo, elevemos nuestra acción de gracias a Dios, que nos ha manifestado su inmenso amor al darnos a su Hijo, para que con su entrega y fidelidad total, nos diera la filiación divina.

COMUNIÓN:

Formando todos un solo cuerpo, acerquémonos a compartir este único Pan, que nos dará las fuerzas para seguir a Cristo, con nuestras familias en la fidelidad, en la entrega y en el amor.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

El Señor hoy nos ha recordado que el amor humano, es un destello del amor divino, y entendiéndolo así, en multitud de ocasiones, cuando fallan algunas cosas, debemos recurrir constantemente a ese maná de donde nació ese deseo de vivir y permanecer juntos hasta el final de la vida.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 13 de octubre 2024 / 28º Domingo durante el año - Ciclo B

—BIENVENIDA: 

Hermanos, nuestra celebración eucarística de este domingo vigésimo octavo durante el año, debe ser de un momento fuerte de encuentro con el Señor y con nuestros hermanos, que debe estimularnos a tener una existencia cristiana tal como nos lo propone Jesús, y revisar profundamente el papel de la Palabra en nuestra vida diaria.

El Señor nos expresa claramente que todos los hombres somos llamados a participar de su Reino; y para poder hacerlo es necesario que vivamos de una manera comprometida con su palabra, esa palabra que hoy se nos dice que “es viva y eficaz, más cortante que cualquier espada de doble filo”; palabra exigente, que debe producir un verdadero cambio en lo profundo de nuestro corazón y de nuestras vidas, en  donde nada material, ni ningún otro afecto, pueda anteponerse al verdadero amor a Dios y al estricto cumplimiento de su Evangelio de vida.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Sb 7, 7-11) 

Este libro sapiencial nos dice que el sabio no es el que ostenta títulos y merecimientos, sino aquél que capta la verdad de las cosas y descubre en ellas una gran riqueza espiritual.

SALMO RESP.:    (89, 12-17)      

R. Señor, sácianos con tu amor.

2ª. LECTURA:     (Heb 4, 12-13)   

En el corazón de los primeros cristianos surgió esta vibrante proclamación de la fuerza y actualidad de la Palabra de Señor. Palabra que se realiza porque es lo que Dios quiere hacer.

EVANGELIO:   (Mc 10, 17-30)

Jesús nos invita a prescindir de nuestras seguridades materiales para lanzarnos a una aventura fascinante: hallara a Jesús y la vida nueva.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, presentemos a Dios, nuestro Padre, con total confianza de verdaderos hijos suyos que somos, nuestra oración por las necesidades de la Iglesia, del mundo y de todos los hombres.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS TRABAJADORES DE TU REINO DE AMOR"

—Por la Iglesia y el Santo Padre, para que todos participemos en su misión universal de llevar a todos los hombres del mundo en seguimiento de Cristo, en camino hacia el Reino de Dios, oremos...

—Por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que junto a ellos sigamos a Cristo, con la certeza que si hacemos que su palabra sea en nosotros viva y eficaz, Dios nos dará en esta vida el ciento por uno y después la vida eterna, oremos...

—Por nuestra patria, para que se depongan las lucha por egoísmos y ambiciones, personales y sectoriales, y todos nos unamos de verdad para poder construir una nación cada vez más fraterna y más solidaria, oremos...

—Por todas las comunidades cristianas, para que en ellas se abran el corazón y las manos de todos, y así contribuyamos con generosidad en la ayuda de tantas familias que se encuentran careciendo de lo indispensable para poder subsistir, oremos...

—Por nuestra comunidad, para que demos respuesta a lo que Cristo sigue pidiéndonos: no poner nuestra confianza en lo material y estar dispuestos a dejar todo lo que nos impida, retrase o retarde poder entrar y vivir en su Reino, oremos...

 

CELEBRANTE:

Dios y Padre nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad, ayúdanos a trabajar cada día con mayor entrega en la salvación de los hombres, para que junto con todos nuestros hermanos, incorporados a tu Iglesia, podamos llegar a ti. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrezcamos ahora al Señor, junto al pan y el vino, toda nuestra vida y nuestras cosas, para que toda ella quede también consagrada a Dios.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con la alegría que nos produce el saber que somos hijos de Dios, alabémoslo porque es él quien nos ha llamado a forma parte de su Reino y quiere extenderlo a todos los hombres.

COMUNIÓN:

Que nuestro encuentro con Cristo, que se dan en nosotros en el sacramento de la Eucaristía, nos ayude a abrirnos y a entregarnos más a nuestros hermanos, a servirlos y a comunicarles nuestra fe.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

El fruto de esta Eucaristía debe ser el escuchar la palabra de Dios, que es seguir a Cristo, en un seguimiento que, lejos de enorgullecernos de lo que cumplimos bien y meticulosamente, nos interroguemos sobre aquellos aspectos que debiéramos de mejorar para ser totalmente suyos.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 20 de octubre 2024 / 29º Domingo durante el año - Ciclo B

—BIENVENIDA: 

Celebramos hoy el domingo vigésimo noveno durante el año, y nos reunimos, como todos los domingos, alrededor de la mesa del Señor, donde Él pacientemente nos instruye sobre la verdadera grandeza en el Reino de Dios, dándonos su ejemplo, ya que él es el verdadero Siervo de Yahveh, que cargando con nuestros pecados, con su muerte nos alcanzó la salvación.

El Señor nos muestra claramente que la verdadera grandeza es el amor, y la mayor muestra de amor es dar la vida por la persona amada, como lo hizo Él: entregó su vida por nosotros para que así tengamos la verdadera vida. Y es así que, en el servicio a los demás, podemos ver quién tiene mayor amor: ama quien sirve más. Que nuestra actitud no sea la de sus discípulos, que sin entender el misterio de la cruz, ambicionaban los primeros puestos en el reino temporal.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Is 53, 10-11) 

Ya en el Antiguo Testamento, siete siglos antes de Cristo, Isaías nos muestra al Mesías, que entregándose por todos, nos da el testimonio y el ejemplo del amor.

SALMO RESP.:    (32, 4-5. 18-20. 22)      

R. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.

2ª. LECTURA:     (Heb 4, 14-16)   

San Pablo nos exhorta a que acudamos, con total confianza, a Cristo, ya que al tomar nuestra condición para salvarnos, Él nos comprende y nos socorre.

EVANGELIO:   (Mc 10, 35-45)

La palabra de Jesús es bien clara: nos exhorta a hacernos verdaderos servidores de todos, siguiendo su ejemplo.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Hermanos, sabemos que nuestro Padre del Cielo siempre nos escucha, por eso, por su Hijo, elevémosle nuestra oración, pidiendo a su Santo Espíritu que nos ayude a presentarle nuestras necesidades.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS SERVIDORES DE LOS DEMÁS"

—Padre, te pedimos por la Iglesia, signo de tu presencia en medio de este mundo, para que nos motive a ser servidores de la humanidad, lavando los pies de los más necesitados y rompiendo los esquemas de dominación, ambición autoritarismo, afán de riqueza o de poder, oremos...

—Padre, te pedimos por el Papa Francisco, nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que con la asistencia de tu Espíritu, sean el modelo para nuestro compromiso de hacer presente el reino de Dios allá donde estemos, fundamentalmente desde nuestra actitud de servicio a los demás, oremos...

—Padre, te pedimos por todos los que habitamos esta patria, para que busquemos desinteresadamente el bien común, y así ella se convierta en una nación cada vez más solidaria, más justa y más fraterna, oremos...

—Por todas las madres, las que se encuentran acompañando nuestro camino en esta vida, para que reciban el mejor obsequio: el cariño de sus hijos; y las que ya no están con nosotros, para que se encuentran ya gozando de la verdadera vida, en la presencia del Señor, oremos...

—Padre, te pedimos por todos los que sufren, por los más pobres, los abandonados, los injustamente marginados, para que descubran tu providencia en nuestro amor y servicio fraternos, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestra comunidad, para que conscientes de que formamos parte de una sola familia humana, nuestras vidas sean un auténtico testimonio de servicio para calmar el hambre de nuestros hermanos, especialmente el hambre de Dios, oremos…

 

CELEBRANTE:

Padre santo, escucha esta oración que te dirigimos y concédenos la sabiduría y la fortaleza de saber entregarnos, a ejemplo de tu Hijo, al servicio de nuestros hermanos, sobre todo de los más pobres y necesitados. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Unida a nuestra ofrenda del pan y del vino, el Señor espera la que proviene de nuestro corazón: la entrega sincera a su servicio y el de nuestros hermanos.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con alegría iniciamos la gran plegaria de acción de gracias al Padre; gracias por su Hijo, gracias por la redención y gracias por infundir en nosotros el deseo del servicio.

COMUNIÓN:

Jesús nos da un permanente ejemplo de amor, con su entrega por nosotros; y más aún en su acto de transformarse, hasta la consumación de los siglos, en el sacramento de nuestra fortaleza, en el Pan de vida eterna.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que en nuestra oración durante esta semana, tengamos en cuenta de manera especial las necesidades que vemos a nuestro alrededor y que nos llaman a situarnos en ellas desde la actitud de servicio que vivió Jesús y que rememoramos en cada Eucaristía.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 27 de octubre 2024 / 30º Domingo durante el año - Ciclo B

—BIENVENIDA: 

Hermanos, una vez más los que seguimos al Señor nos reunimos en torno a su mesa, en este domingo trigésimo durante el año. Y Él, que nos ha abierto los ojos, nos invita a reconocerlo, como el ciego del Evangelio, como el Mesías, el enviado de Dios.

Dios nos manifiesta hoy su infinita bondad y nos llama a creer, a confiar plenamente en Él, que es quien realmente salva. Y esta confianza que nos pide, nos hace acreedores a sus favores. Y Jesús nos presenta claramente la paternidad amorosa de Dios, dándonos la fe que nos cura totalmente de nuestra ceguera, aún la más profunda, dándonos la luz que penetra hasta nuestro interior.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Jr 31, 7-9) 

Este anuncio del profeta Jeremías, acerca del gran designio de Dios, nos expresa que él nos ha salvado y quieres la salvación para todos los hombres.

SALMO RESP.:    (125, 1-6)      

R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!

2ª. LECTURA:     (Heb 5, 1-6)   

San Pablo nos dice que Jesucristo es nuestro gran Sacerdote, que comprende y se muestra indulgente con los ignorantes y descarriados.

EVANGELIO:   (Mc 10, 46-52)

Jesús nos habla y nos llama a cada uno de nosotros, para que todos quedemos iluminados por su luz.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Hermanos, con la misma fe y convicción con la que el ciego llamó e imploró a Jesús que lo salvara y para que pudiera seguir su camino, oremos a nuestro Padre del Cielo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y DANOS TU LUZ"

—Padre, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que recibiendo su anuncio, llegue a todos los hombres tu Reino de vida, de fraternidad y justicia, de libertad y paz, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que junto a ellos hagamos realidad la lección que tu Hijo nos da hoy en este Evangelio y formemos una comunidad en la que no nos olvidemos de los más pobres y de nuestro compromiso con ellos, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestra patria, para que trabajemos en conseguir una convivencia pacífica entre todos, que nos lleve a construir una nación en la que se termine la violencia y no existan tantas desigualdades económicas y sociales, oremos...

—Padre, te pedimos por todos los que sufren, para que encuentren en tu Hijo la luz y la fortaleza para sobrellevar su situación, y en nosotros la mano fraterna que ellos necesitan, oremos...

—Padre, te pedimos por nuestra comunidad, para que ni la moda, ni el sistema, ni el pensar de los demás, nos quiten la luz verdadera de los ojos y siempre podamos ver con los tuyos todas las cosas y acontecimientos, siguiendo comprometidamente a tu Hijo, oremos...

 

CELEBRANTE:

Señor, Dios rico en misericordia, atiende nuestra súplica y concédenos aquello que no nos atrevemos a pedirte, llenando nuestros corazones con tu luz. Te lo pedimos por tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Es nuestro deseo que Dios pueda realizar en nosotros su Reino de amor, por eso ahora presentemos sobre la mesa del altar, la ofrenda de nuestras vidas, junto con nuestras familiar y todas nuestras cosas.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Proclamemos ahora nuestra fe en la salvación que Dios ha obrado en nosotros; elevemos con inmenso gozo nuestro canto de acción de gracias.

COMUNIÓN:

Queremos seguir a Jesús en su camino, luego que Él nos ha curado de nuestra ceguera espiritual, por eso es necesario que nos fortalezcamos comiendo de este Pan eucarístico.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Nuestro compromiso, fruto de esta Eucaristía, debe ser que, lejos de vivir de espalda a las situaciones de dolor y de prueba que viven tantos hermanos nuestros, podamos responderles con toda la fuerza de nuestra fe: “¿Qué quieres que haga por ti?”

 

Nos despedimos cantando...

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Viernes 1 de noviembre 2024 / Solemnidad de Todos los Santos

—BIENVENIDA: 

Hermanos, en esta solemnidad de Todos los Santos, recordamos a esa “muchedumbre inmensa, que nadie podría contar” y que gozan ya de la presencia de Dios en el cielo, aunque no tengan un “hueco” en nuestro santoral litúrgico. Hoy recordamos a muchos seres queridos, familiares y amigos, que ven a Dios “tal cual es”. Hoy nos recordamos unos a otros que esa es nuestra meta, encontrarnos con Dios cara a cara y gozar de su presencia por toda la eternidad.

La palabra del Señor hoy nos significa, a toda la Iglesia, un aliento, ya que ella marcha también por el camino de la fe, animada por el ejemplo de los santos. Es el mismo Cristo que hoy nos dice a cada uno de los que le buscamos con sinceridad: "Dichosos ustedes", puesto que procuramos servirle a pesar de nuestras flaquezas.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Apoc 7, 2-4. 9-14) 

Esta narración, repleta de imágenes y poesía, nos quiere explicar cuál será la vida que nos espera en la unión con Dios, que llama a su gloria a todos los hombres y a todos los pueblos, porque todos hemos sido redimidos por la sangre de Jesucristo.

SALMO RESP.:    (23, 1-6)      

R. ¡Benditos los que buscan al Señor!

2ª. LECTURA:     (1 Jn 3, 1-3)   

En pocas palabras, san Juan nos anuncia la buena noticia: somos hijos de Dios porque Él nos ha amado. Vivimos con esperanza hasta que el Padre nos llame a participar plenamente de su vida.

EVANGELIO:   (Mt 4, 25--5, 12)

Escuchemos ahora las bienaventuranzas del Reino que proclama Jesús: hoy como ayer, los pobres, los perseguidos por causa de la justicia, los que trabajan por la paz, deben alegrarse y saltar de gozo, porque el Reino de los Cielos les pertenece.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos, sabemos que delante de Dios somos pobres. Por ello, con la confianza de verdaderos hijos, presentemos nuestra plegaria al Padre.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, ESCUCHA A TU PUEBLO"

—Por la Santa Iglesia de Dios y el Papa Francisco, para que siempre sea capaz de dar razón de su esperanza, oremos...

—Por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que sean una señal de esperanza para nuestra Iglesia diocesana y el impulso evangelizador que ella necesita, oremos...

—Por los pobres, los que lloran, los perseguidos, los que trabajan por la paz, para que tengan la gozosa certidumbre de que el Reino de los Cielos les pertenece, oremos...

—Por todos nuestros seres queridos que nos han precedido en el camino de la fe, para que vivan con los santos en la vida de Dios, oremos...

—Por toda nuestra comunidad, para que aumente constantemente en nosotros la fe, la esperanza y el amor, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre de bondad, cuya misericordia es infinita, acepta nuestros anhelos y acompáñanos en todo momento para llevarlos a término. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Dios nos ha creado a todos para que vivamos junto a Él por toda la eternidad; ofrezcámosle ahora, nuestra disposición para vivir en fidelidad y de acuerdo con las exigencias que su Hijo nos ha manifestado hoy en su Evangelio.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Comencemos nuestra acción de gracias al Padre, porque con la muerte y resurrección de su Hijo, nos ha salvado. Elevemos con gozo nuestro canto.

COMUNIÓN:

Acerquémonos ahora a participar del Cuerpo de Cristo recordando en nuestro interior lo que hemos escuchado en el Evangelio: los pobres, los perseguidos, los que trabajan por la paz y la justicia entre los hombres, son llamados por Dios a participar en el banquete de su Reino.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Hermanos, la celebración de este día debe significar para cada uno de nosotros, un aumento de nuestras esperanzas. Sabemos que Dios nos prepara, junto a Él y con Jesucristo, una fiesta eterna que supera todo cuanto podamos imaginar.

 

Nos despedimos cantando...

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Sábado 2 de noviembre 2024 / Solemnidad de todos los fieles difuntos

—BIENVENIDA: 

Queridos hermanos, la memoria de este día: Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, es prolongación natural de la solemnidad de Todos los Santos y juntas forman la gran fiesta de la comunión de la Iglesia constituida por los fieles que aún peregrinan en esta vida y los que ya han cruzado el umbral de la muerte. Y las velas encendidas sobre las tumbas de los difuntos son ya un signo y un anticipo de la luz eterna en la que esperamos, el día en que el Señor nos llame a su reino.

Dios, en su inmenso amor, envía a su Hijo para darnos la vida eterna. Claramente nos manifiesta que la existencia del hombre no concluye en la tierra, ya que la muerte abre a las almas un nuevo horizonte de vida. Él nos asegura que también nuestros cuerpos resucitarán al final de los tiempos, y este día nos ayuda a alimentar nuestra esperanza en la Patria eterna del cielo.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Apoc 21, 1-5a. 6b-7) 

En las imágenes de este texto, san Juan nos llena de alegría y esperanza de lo que ha de ser la vida que no tiene fin.

SALMO RESP.:    (26, 1. 4. 7. 8b-9a. 13-14)      

R. El Señor es mi luz y mi salvación

2ª. LECTURA:     (1Co 15, 20-23)   

Las palabras de Pablo nos introducen al centro de nuestra fe de cristianos: Cristo ha resucitado y ha vencido a la muerte, y todos los que creemos en Él, también resucitaremos y viviremos eternamente con Él.

EVANGELIO:   (Lc 24, 1-8)

Las palabras del Evangelio dan certeza de la resurrección del Hijo de Dios, primicia de nuestra propia resurrección.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Oremos hermanos, al Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo. Oremos con entera confianza, y hoy muy especialmente, por aquellos que nos han precedido en el camino hacia el Reino eterno de Dios.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"ESCÚCHANOS, SEÑOR"

—Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que su anuncio del alegre mensaje de una esperanza cada vez más firme en la victoria sobre la muerte, fortalezca nuestra vigilancia en la espera de la venida de tu Hijo, oremos...

—Por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que el testimonio de sus vidas nos impulse en el camino de la verdad y del amor en seguimiento de tu Hijo hacia la Patria definitiva del Cielo, oremos...

—Por todos los pueblos, para que concedas la luz y la paz a tantos hermanos nuestros que hoy viven entre incertidumbres, dudas y guerras en medio de las tinieblas de este mundo, oremos...

—Por todos nuestros queridos hermanos difuntos, para que vivan siempre en el eterno descanso y en la gozosa fiesta de la Casa del Padre, oremos...

—Por toda nuestra comunidad, para que al escuchar hoy la palabra de tu Hijo y al participar de la Eucaristía, crezca nuestra fidelidad a Él y vivamos abiertos a la verdad, al amor y a la esperanza que llevan a la verdadera vida, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre, tú que escuchas nuestra oración, ayúdanos a recorrer nuestro camino ahora y siempre, con esperanza, con amor, con verdad, para conseguir así la vida que nos anunció Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Al poner sobre el altar estos dones del pan y del vino pongamos también nuestras vidas, en la firme esperanza de unirnos de tal manera a Cristo, que también con Él podamos alcanzar la resurrección y la vida que no tiene fin.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Ahora, el renovar las palabras y las acciones de Jesucristo en la Última Cena, afirmemos nuestra esperanza de vida y demos gracias al Padre celestial.

COMUNIÓN:

Este Pan Eucarístico que ahora vamos a recibir, nos hace uno con Cristo y entre nosotros y nos unen, en el misterio de la comunión de los santos, al misterio de la Iglesia que trasciende el tiempo.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al terminar esta Eucaristía llena de esperanza; al celebrar la victoria de Cristo sobre el mal y la muerte, celebramos la esperanza de que nuestros difuntos y nosotros nos asociaremos un día plenamente a esa victoria.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 3 de noviembre 2024 / 31º Domingo durante el año - Ciclo B

—BIENVENIDA: 

Hermanos, como todos los domingos, hoy también el Señor nos invita a escuchar su Palabra. Y con la celebración de este domingo trigésimo primero durante el año, nos acercamos a la finalización del año litúrgico, por lo que, los tres últimos Evangelios de este ciclo, antes de la Solemnidad de Cristo Rey, nos presentan la última etapa del camino de Jesucristo en el umbral de su Pascua.

El Señor es hoy bien claro: debemos amarlo con todo nuestro ser, ya que Él es nuestro único Dios, Creador y Padre, que nos ha creado por amor y nos ha predestinado en Cristo para ser sus hijos. Y este amor nos implica también, amar a nuestro prójimo, ya que es absolutamente imposible amar a Dios, si no amamos verdaderamente al hombre, que es hijo de Dios.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Dt 6, 2-6) 

Este fragmento del Antiguo Testamento, que ahora vamos a escuchar, es uno de los más importantes, ya que es el fundamento de la ley antigua y mandamiento principal del pueblo de Israel.

SALMO RESP.:    (17, 2-4. 47. 51ab)      

R. Yo te amo, Señor, mi fortaleza.

2ª. LECTURA:     (Heb 7, 23-28)   

San Pablo nos dice que Jesucristo es superior a todos los sacerdotes del Antiguo Testamento; Él es el único que con un único sacrificio, derramó la salvación sobre todos los hombres.

EVANGELIO:   (Mc 12, 28b-34)

Jesús nos habla y nos recuerda la exigencia fundamental del amor a Dios y a nuestros hermanos. Aclamémoslo con el canto del Aleluya.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Que nuestra oración de hoy por las necesidades de todos los hombres, nuestros hermanos, se inspire en el mandamiento fundamental del cristiano: el amor a Dios y al prójimo.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y ENSÉÑANOS A AMAR"

—Señor, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que por su testimonio, sea para todos los hombres, ejemplo de fidelidad al supremo mandamiento del amor, oremos...

—Señor, te pedimos por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que siempre nos guíen en la tarea de ser fermento de paz, de amor y de fraternidad, oremos...

—Señor, te pedimos por todos los pueblos del mundo, para que escuchando el mensaje de paz de tu Hijo, trabajen incansablemente para obtenerla para todos los hombres, oremos...

—Señor, te pedimos por todos los que sufren, los abandonados, los pobres, los sin techo, sin trabajo, injustamente marginados, para que puedan ser acogidos, amados y auxiliados por los hombres de buena voluntad, oremos...

—Señor, te pedimos por nuestra comunidad, para que nos esforcemos por avivar nuestra piedad, superar los odios, perdonar las injurias, vencer todo rencor y división, amando al prójimo como tu Hijo nos amó, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre bueno, junto con estas peticiones que hemos puesto en tu presencia, concédenos el poder vivir según el mandamiento que hiciste escuchar al pueblo de Israel, y que Jesucristo nos renovó en su Evangelio. Te lo pedimos por Él que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Nos ofrecemos al Padre con el compromiso de cumplir todas las enseñanzas del Evangelio en nuestras vidas, y ser así, testigos de su amor.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Nos unimos, por la acción de gracias, al máximo acto de amor de Dios: la entrega de su Hijo en la cruz para salvarnos, y que nos obliga a obrar con ese mismo amor hacia cada uno de nuestros hermanos.

COMUNIÓN:

Ahora, por la renovación del sacrificio de la Cruz, participamos en la comunión del Cuerpo entregado por nosotros y de la Sangre que nos salva de nuestros pecados.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Después de haber escuchado el mandamiento del amor, es necesario que al volver a nuestros hogares, a lo largo de esta semana, nos examinemos sobre el amor, que es lo que realmente será tomado en cuenta por el Señor cuando debamos presentarnos ante Él.

 

Nos despedimos cantando...

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Domingo 10 de noviembre 2024 / 32º Domingo durante el año - Ciclo B

—BIENVENIDA: 

Hermanos, celebramos el domingo trigésimo segundo durante el año, y lo hacemos reuniéndonos alrededor de la mesa del Señor, en esta Eucaristía en la que Cristo se nos ofrenda totalmente, renovando y haciendo actual su entrega en la Cruz, y por la que nosotros también queremos entregarnos totalmente a Dios y a los hermanos.

El Señor nos exhorta a confiar plenamente en su providencia paternal, ofreciéndole nuestras propias vidas y entregándonos generosamente a nuestros hermanos; generosidad que debe estar animada por la fe que va más allá de todo cálculo. Nos pide nuestra disponibilidad para desprendernos incluso de nuestros bienes, si fuera necesario para salvar a los demás, reconociendo que todo es de Dios y que debemos devolverlo a Él, en el servicio de la Iglesia y de los pobres.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (1 Re 17, 8-16) 

Este relato del Antiguo Testamento es muy significativo: nos pone de relieve la disponibilidad de una pobre mujer que acoge al enviado de Dios, y la omnipotencia del Señor que no la deja sin recompensa.

SALMO RESP.:    (145, 6c-10)      

R. ¡Alaba al Señor, alma mía!

2ª. LECTURA:     (Heb 9, 24-28)   

El autor de esta carta nos presenta a Jesucristo como el Salvador que, muriendo por todos nosotros, nos ha dado la vida para siempre.

EVANGELIO:   (Mc 12, 38-44)

Escuchemos, en el Santo Evangelio, el elogio de Jesús a una pobre viuda, que dio no lo que le sobraba, sino lo único que tenía para vivir.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queremos que nuestro mundo avance más y mejor hacia el Reino de Dios. Por eso hermanos, invoquemos confiadamente, la luz y la fuerza del Señor, elevándole nuestra esperanza y anhelos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y DANOS GENEROSIDAD"

—Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que su misión de Siervo de los siervos de Dios, sea nuestro permanente ejemplo de caridad fraterna, oremos...

—Por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que ejerciendo con alegría y entrega el ministerio que Tú les has encomendado, nos guíen en la construcción de comunidades diocesanas que asuman su compromiso de amor con los más pobres, oremos...

—Por nuestra patria, para que nuestros gobernantes y legisladores, reconociéndote como único Dios y Señor y subordinando todo a ti, legislen en favor del bien común y de acuerdo al orden natural y a la ley divina, oremos...

—Por todos los que sufren, en su cuerpo o en su espíritu, para que en Jesús encuentren la fortaleza, y en nosotros los verdaderos hermanos que ponen en obras la fe que manifiestan, oremos...

—Por toda nuestra comunidad, para que, a ejemplo de Cristo, te ofrezcamos nuestras vidas, y estemos dispuestos a dar a los demás, algo de nosotros mismos, a gastar y desgastar la propia vida en servicio de nuestros hermanos, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre de bondad, que eres el Señor de la historia, atiende nuestras plegarias y anhelos y danos más generosidad y más esperanza para la vida. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Que nuestra ofrenda de hoy se manifieste en saber dar, por nuestra Iglesia y por nuestro hermano, no lo que nos sobra, sino lo que realmente significa para nosotros un sacrificio.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con fe y alegría elevemos nuestra acción de gracias al Padre, que ha querido acoger nuestra debilidad y pobreza para convertirla en vida, en libertad y en amor.

COMUNIÓN:

Jesús elogió a aquella pobre viuda, porque fue la única capaz de dar realmente todo lo que tenía. Participando del Cuerpo de Cristo, recibiremos el estímulo que nos anime a entregarnos sin miedo, al servicio de Dios y de nuestros hermanos.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Comencemos nuestra semana pidiendo: danos Señor la actitud de la viuda pobre, la de la grandeza de corazón, ser capaces de desprendernos de todo, de sabernos dar nosotros mismos como tu Hijo lo hizo por todos los hombres.

 

Nos despedimos cantando...

 
 
 

 

 
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