MÚSICA Y FE. EL MILAGRO DE DAROCA Y PABLO BRUNA
-Por Osvaldo Guzmán-
Los musulmanes fundan Daroca en la actual Zaragoza, España, en el año 800. El 22 de septiembre de 1609 el rey Felipe III decide la expulsión de los fundadores y estos sitian Daroca y Teruel. El sacerdote del momento guarda seis Hostias consagradas para ponerlas a salvo.
Finalizado el conflicto y al desenvolver los corporales que protegían las Hostias se las encuentra ensangrentadas. Esto se interpreta como un milagro a consecuencia del triunfo español.
No logran ponerse de acuerdo si deben ser guardadas en Daroca o en Teruel; entonces deciden ponerlas sobre el lomo de una mula que se manda a caminar y luego de más de una semana el animal llega a Daroca y cae muerto como signo de que ese es el lugar para la veneración de los corporales manchados milagrosamente de sangre.
El misterio de los corporales, sus siete iglesias y sus siete conventos hacen de Daroca un centro de peregrinación permanente.
En ese ámbito de cultura y religiosidad nace en 1611 y muere en 1679, Pablo Bruna, conocido históricamente como el ciego de Daroca.
Perdió la visión a los seis años pero esto no fue óbice para que pudiera estudiar música y así convertirse en un destacado organista, titular de la Colegiata de Santa María de los Sagrados Corporales.
La maestría y religiosidad de Bruna se convirtieron en un vehículo espiritual para reunir las oraciones y peticiones de los peregrinos y así elevarlas a Dios.
La luz interior de un hombre dotado de grandes talentos, iluminó la vida espiritual de Daroca en el Siglo XVII.
Para saber más sobre Pablo Bruna:
https://dbe.rah.es/biografias/15924/pablo-bruna |